Un estudio de arqueólogos israelíes ha descubierto que un taller de cobre de unos 6.500 años de antigüedad en el sur de Israel (Bersheva), pudo ser el lugar que usó por primera vez el horno.
Los restos de este taller para fundir cobre, «uno de los más antiguos del mundo», se excavaron en 2017, y en él se encontraron « fragmentos de un horno » hecho de estaño, una «evidencia muy temprana» de su uso, indica una investigación publicada en la revista Journal of Archaeological Science.
Esto «plantea la posibilidad» de que el horno, «se inventara» en esta zona de Oriente Medio, dice Erez Ben-Yosef, profesor de la Universidad de Tel Aviv y autor del estudio junto a expertos de la Autoridad de Antigüedades y del Servicio Geológico de Israel.
Aunque algunos científicos creen que los primeros hornos eran grandes crisoles (recipientes para fundir materias a temperatura elevada), enterrados en el suelo.
Por lo que sigue habiendo un debate que «solo se resolverá con descubrimientos futuros», dice el profesor.
Pero «no hay duda» de que Bersheva desempeñó un papel importante en el avance de la revolución mundial del metal», y «fue una potencia tecnológica para toda la zona»,
comenta Ben-Yosef.
Gracias al horno podemos cocinar alimentos, consiguiendo que sean sabrosos y nutritivos. Debemos precalentar el horno 15 minutos antes de empezar a cocinar.
“Es como cuando vamos a hacer un pollo y previamente calentamos la plancha”, ejemplifica Lluís Massanés profesor de hostelería.
También es importante usar los recipientes adecuados, por ejemplo los de vidrio, de acero inoxidable o de loza. Como todo electrodoméstico, debemos mantenerlo limpio.
«Colocar bien los alimentos es fundamental para que el producto final sea el que deseamos. En la parte de arriba, donde se acumula más calor, es ideal poner los gratinados o los alimentos que necesiten una cocción rápida. En el centro se suelen poner los pescados, que requieren una cocción más rápida que las carnes, que se sitúan abajo para que se hagan lentamente», informan desde ABC.
En el mercado encontrarás muchos hornos que tienen funciones propias de limpieza como la pirolisis. Cuando se activa esta función, el interior del horno llega hasta 500 grados de temperatura y lo quema todo. Solo deberás quitar las cenizas con un paño húmedo.
“Es muy eficiente pero también poco sostenible porque gasta mucha energía”, apunta Massanés. Y añade el profesor: “También podemos limpiar el horno como se ha hecho siempre, con agua y algún desengrasante aprovechando cuando queda calor residual porque es más fácil extraer la suciedad”.
Te aconsejamos que limpies el horno cada vez que lo veas sucio, es decir, cuando veas que el cristal de la puerta tiene cierta grasa, o cómo los restos de comida empiezan a adherirse a las paredes del horno.
Pero se recomienda una limpieza en profundidad cada tres meses. Si tu horno no tiene la función de pirolisis, los profesionales de Hidrotech Bordallo, expertos en maquinaria de limpieza, han elaborado las siguientes recomendaciones y una serie de pasos para limpiar este electrodoméstico:
-Lo más efectivo para limpiar el horno es un limpiahornos.
-En el mercado encontrarás multitud de marcas capaces de eliminar la grasa.
-También necesitas una bayeta de microfibra.
Ahora, sigue estos pasos:
1. Para empezar a limpiar este electrodoméstico, saca las bandejas y rejillas del interior.
2. Apaga el horno, ya que tiene que estar frío para poder limpiarlo de manera correcta.
3. Pulveriza todo el interior con el limpiahornos, incluso el interior de la puerta. Pero no pulverices en la zona del ventilador.
4. Mete de nuevo la bandeja y rejillas, y rocíalas también del producto de limpieza.
5. Deja actuar el producto según las instrucciones del fabricante.
6. Con una bayeta de microfibra humedecida, retira el producto.
7. Coloca las rejillas y bandeja del horno en el fregadero. Enjuágalas y deja que se sequen.
Truco de la mantequilla para limpiar la rejilla del horno
En ocasiones, debemos colocar los alimentos justo encima de la rejilla. Existen muchas formas de limpiar la rejilla, pero hay un remedio casero.
Puedes sumergirla en agua caliente con bicarbonato. Después, simplemente enjuagas y listo.
Sin embargo, te aconsejamos que optes por el truco de la mantequilla. Se recomienda aprovechar el calor residual del horno tras haber estado en funcionamiento. Unta con mantequilla la rejilla, pero usa un trapo.
Deja que actúe unos minutos y retira con un estropajo de metal. Para que quede completamente limpia, lava la rejilla con agua y jabón.
Para eliminar los malos olores del horno, sólo tendrás que exprimir el jugo de un limón y echarlo en la bandeja del horno junto a un vaso de agua.
Debes poner el horno a 120 grados centígrados una media hora. ¡Con este truco conseguirás eliminar los malos olores!