La comunicación con el cliente, clave en el consumo responsable en alimentación

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La sociedad en la que vivimos no para de cambiar y sufrir transformaciones ante las que tenemos que intervenir y adaptarnos. Estamos en un mundo que gira más rápido que nunca, que cada vez se desarrolla más rápido y en el que, lo que hoy es tendencia, mañana ya no lo es. Y esto ocurre en todos y cada uno de los sectores y actividades que os podáis imaginar. Uno de los más importantes, que es el de la alimentación, es uno de los que más ha cambiado y no cabe la menor duda de que debe ser uno de los que más nos interese, puesto que la alimentación es clave para su bienestar.

Lógicamente, la alimentación ha cambiado mucho en los últimos tiempos por varios factores como los que os vamos a describir:

  • Lo primero de todo es tener en cuenta que ahora pasamos mucho más tiempo fuera de casa y que, por motivos de trabajo, se come fuera en lugar de en casa. Y eso, normalmente, lleva aparejado el hecho de comer peor.
  • En nuestras ciudades y ya en muchos de nuestros pueblos, podemos ver un montón de franquicias de comida rápida e internacionales. Eso muchas veces lleva aparejado el consumo excesivo de comida rápida, que como sabéis no es positivo para nuestro cuerpo.
  • El hecho de que vivamos en una sociedad en la que las redes sociales han adquirido una importancia muy grande hace que el sedentarismo potencie todos los problemas que podamos tener en materia de circulación de la sangre, lo cual, unido a una mala alimentación, constituye una bomba explosiva para nuestro organismo.

Todo lo que hemos indicado en el párrafo anterior nos hace lanzar la pregunta de si es posible, en los tiempos en los que vivimos, apostar por un consumo responsable. Todas estas franquicias de las que os hablamos, esos establecimientos de comida rápida que se encuentran en nuestros pueblos y ciudades, se caracterizan por utilizar un volumen muy alto de recursos que luego muchas veces no se utilizan. El consumo responsable es algo necesario en la sociedad en la que vivimos y muchas veces no cumplimos con lo que deberíamos en esta materia. Es cosa de todos y cada uno de nosotros y nosotras velar por el cumplimiento de esa necesidad.

Sobre el consumo responsable de alimentos hay mucho escrito y la verdad es que es un asunto que, a día de hoy, forma parte de un debate necesario en la sociedad. Los amigos de Rincón del Segura, una panadería artesanal ecológica en la que se ha apostado por contener el aumento de precios de los suministros de los últimos años, han formado parte de este debate preguntándose si es posible conseguir este consumo responsable con tantos cambios. La respuesta es que sí, pero para ello aseguran que debe haber una comunicación constante con el cliente para que conozca de antemano qué es lo que está consumiendo y por qué es más sano.

Tenemos que decir una cosa y es que hay cada vez una conciencia más grande en lo que se refiere a un tema como del que estamos hablando. La gente joven, aquella que sabe que todavía le quedan muchas décadas de vida y que se puede encontrar con muchos de los problemas derivados del consumo excesivo de las materias primas de las que dispone el planeta, es la que ha liderado un aumento de la conciencia en relación con el consumo responsable de alimentos. Y también al consumo de alimentos sanos, combatiendo de este modo los peligros que ocasiona la comida rápida y sus derivados. Es una gran fuente de esperanza que esto sea así y que haya toda una generación de gente que esté dispuesta a cambiar las cosas.

El consumo responsable está ligado directamente a la salud de nuestro planeta y, por tanto, tiene que ser una prioridad para todos y cada uno de nosotros y nosotras. Ya son muchas las empresas e instituciones públicas que se han sumado a diversas campañas de concienciación en relación a este tema, pero cualquier esfuerzo que podamos sumar para la causa será positivo. Estamos hablando de un asunto que va a tener incidencia sobre la calidad de vida de la gente y sobre su bienestar (máxime si estamos hablando de alimentación), así que tomárselo en serio y subirse a este carro es algo necesario para todas aquellas personas que quieran vivir bien de aquí en adelante.

El consumo responsable puede equivaler a un ahorro en el gasto en alimentación 

El consumo de alimentos que desarrollen empresas que apuesten por el consumo responsable va a permitir que ahorremos un dinero más que sustancial a lo largo del año. Muchas de estas empresas apuestan por materias primas de las llamadas “de kilómetro cero”, materias primas que se cultivan cerca del sitio en el que después van a ser transformadas y vendidas al público final. Y esto, como no podía ser de otra manera, influye de una manera directa en el precio que estamos pagando para disfrutar de esos alimentos. La verdad es que saber esto no está nada mal porque mucha gente no lo entiende ni lo valora, pero es básico para que no tengamos que pagar de más por los alimentos.

De acuerdo con una noticia publicada en la página web de Radio Televisión Española y que se hacía eco de un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios, una familia destaca al año unos 6.400 euros en comer. Más de un millón de las antiguas pesetas. Es mucho dinero. Y, por lo menos, ya que gastamos tanto en esto, que sea comiendo bien. El consumo responsable nos podría permitir rebajar ese coste y haciendo que comiéramos mejor. Por tanto, es una alternativa que merece ser tenida en cuenta y que, en caso de que al menos logre tener todavía una mayor visibilidad, va a hacer que mucha gente se sume a la causa. Estamos totalmente convencidos de ello.

En otra información, en este caso publicada en el diario El Mundo, se dice que las familias elevaron su gasto anual en 1.427 euros en el año 2024, algo que se debe sobre todo a que ha aumentado bastante el precio de los alimentos y de la vivienda. No cabe la menor duda de que estamos hablando de algo que ha afectado a mucha gente y que esto hace que tengamos que actuar. Con la vivienda podemos hacer bien poco más allá de pedirle a las instituciones públicas que se pongan las pilas para regular este tema. Pero, en lo que tiene que ver con los alimentos, que sepáis que tenemos muchas alternativas para conseguir mejorar nuestra alimentación apostando por productos realizados de una manera sostenible.

A veces, ahorrar puede tener implicaciones negativas si lo que adquirimos tiene una peor calidad que lo que comprábamos antes. Pero en algunas ocasiones, puede ser una acción que resulte positiva incluso para algo tan necesario como lo es la alimentación por el hecho de que, en muchas ocasiones, pagar menos quiere decir que estás consumiendo algo de corte mucho más local y que el hecho de que sea más barato no quiere decir que sea de peor calidad, sino que ha costado menos transportarlo desde su origen hasta el punto de venta en el que se vende. Ni más ni menos. Esto también es consumo responsable, el que se encuentra ligado a los productos de nuestra tierra y que crecen o se generan cerca de nosotros.

El mundo tiene que acostumbrarse a una nueva manera de consumir, una manera que no implique tanta deforestación, tantos problemas a nivel medioambiental y tantos problemas para la flora y la fauna de un montón de lugares. El ser humano ya ha ocasionado suficientes destrozos al planeta y creemos que podemos mantener un buen nivel de vida y una buena alimentación, incluso siendo capaces al mismo tiempo de cuidar de nuestro entorno. Ese debe ser el objetivo principal que tengamos a partir de ahora para mejorar las condiciones de vida del planeta, porque colaborar con que sean posibles esas condiciones será sinónimo de mejorar nuestra vida y la de las personas que nos importan. Y no hay nada que merezca más la pena que eso.

Estamos seguros de que hay mucha gente que ha decidido dar un paso hacia delante en todo lo que tiene que ver con lo que hemos comentado a lo largo de todo el artículo. Y, desde luego, esto va a ser algo necesario porque va a jugar una importancia muy grande tanto para nosotros mismos como para las personas que tenemos al lado. Sin lugar a dudas, con la aportación de cada uno podemos dar por sentado que la mejora va a ser real y que vamos a construir un mundo en el que, esta vez sí, podamos decir que el ser humano vive feliz y en armonía con el resto de especies y plantas del planeta. Ojalá que podamos construir eso y no solo quedarnos ahí, sino también mantenerlo.

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