Acelerar un divorcio es lo mejor para iniciar una nueva vida cuanto antes

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Una de las situaciones más complicadas a las que te puedes enfrentar a lo largo de la vida es a un divorcio. Se trata del fin de una relación sentimental que, como sucede con el fin de cualquier otra, trae sentimientos de tristeza. Aunque sepamos que una nueva puerta se abre, sabemos que la que se ha cerrado ha conllevado un trabajo, una inversión de tiempo, un proyecto que era común pero que ha fracasado. Nos queda la sensación de haber fallado, de haber sido incapaces de tomar la decisión correcta cuando tocaba. Es una sensación que muchos conocemos y que, desde luego, forma parte de la naturaleza humana.

En los párrafos que siguen, quiero hablaros de mi caso. No me da ninguna vergüenza hacerlo si con eso puedo ayudar a alguien. Y, además, no me tiene porqué dar vergüenza porque todo el mundo comete errores en algún momento de su vida.

La historia con mi ya exmujer comenzó hace década y media. En 2010 nos conocimos y lo cierto es que los años de noviazgo fueron realmente espectaculares. Tras tres años, tomamos la decisión de casarnos, un evento que terminó produciéndose en 2014. Eran tiempos realmente felices, algo que suele suceder entre personas que dan el paso y se convierten en marido y mujer. Daba la sensación de que estaríamos juntos toda la vida, de que estábamos hechos el uno para el otro, ya sabéis, todas esas cosas que suelen parecer cuando una relación todavía no es demasiado larga y sigue sobreponiéndose esa etapa de “enamoramiento”, esa etapa en la que la llama del amor todavía se encuentra viva.

Incluso, llevamos a tener un hijo, que nació en 2016. Todo iba según lo previsto en una pareja que se supone que se amaba y que quería iniciar un proyecto en común. Tengo que decir que fue la mejor etapa de mi vida, en la que tenía la sensación de que la gente sentía cierta envidia acerca de cómo iban las cosas a mi alrededor. El poder disfrutar de la emoción que sentían mis padres al ver a mi nieto y al ver cómo habíamos sido capaces de formar una familia era sumamente gratificante y la verdad es que pocas veces he tenido una sensación como esa a lo largo de mi vida.

Las cosas empezaron a cambiar de manera bastante lastimosa. Poco a poco, tanto mi exmujer como yo fuimos dándonos cuenta de que nada iba a ser como antes. Esa llama de la que hablaba antes empezó a decrecer hasta quedar reducida a cenizas, se nos empezó a agotar la paciencia mutuamente y tomamos la decisión de separar nuestros caminos durante la pandemia, cuando nos tocó pasar todo el tiempo juntos en casa. La verdad es que doy gracias porque todo sucedió de una manera bastante formal, sin malas palabras, malos gestos o gritos. No todo el mundo ha tenido la suerte de que su divorcio haya transcurrido de esta manera.

Cuando tomamos la decisión de que era necesario separarnos, empezamos a valorar distintas alternativas con abogados para asegurarnos de que el proceso fuera lo más rápido posible. Nuestro caso fue muy rápido y fue gestionado por Antolín Abogados. En estos casos, lo mejor es siempre que el proceso se acelere lo máximo posible para intentar que la nueva vida que existe tras un divorcio llegue cuanto antes y no haya espacio para esa sensación de pena de la que os hablaba antes.

Teniendo un hijo de por medio, parece que un divorcio puede ser bastante complicado, pero lo cierto es que, cuando existe colaboración entre las partes, es sencillo organizarse. Nuestro caso fue precisamente de estos y, de nuevo, tengo que dar las gracias por el hecho de que haya sido tan fácil poder encontrar esa colaboración para organizar las tres vidas (la de mi exmujer, la de mi hijo y la mía) de una manera realmente fácil. Ojalá que todo el mundo pudiera encontrar esta facilidad, una facilidad que haría que este tipo de procesos no fueran tan traumáticos como suele suceder en tantos casos.

El divorcio entró en vigor a mediados del año 2022, así que ya han pasado dos años con nuestra nueva vida y creo que tanto mi exmujer como yo podemos decir que la valoración que hacemos de todo el proceso de divorcio ha sido bastante buena. En la actualidad, nuestro hijo ya se ha acostumbrado a esta nueva realidad y disfruta de cada momento que pasa tanto con su madre como conmigo. En un mundo en el que el odio está presente de manera continua en la vida de la gente, haber podido diseñar una nueva vida sin problemas después de una mala experiencia ha sido una auténtica suerte. Y haber podido cumplimentar todo el papeleo que conlleva un divorcio de una manera tan rápida también fue clave para poder empezar de cero de una manera lo menos traumática posible.

¿Cuáles son los motivos más frecuentes de los divorcios? 

Desde que mi relación empezó a decaer hasta que se consumó el divorcio, busqué en Google muchos artículos e informaciones relacionados con los procesos de divorcio o rupturas de parejas en general. Un tipo de los más habituales es el típico artículo que hablaba de los motivos por los que se suele producir una ruptura. Este que os enlazo ahora y que procede del portal web de la revista Vanity Fair es uno de ellos. Las causas que se recogen ahí son las siguientes:

  • La falta de compromiso. Es la más numerosa puesto que de ella hablan el 75% de las personas que se han divorciado en España.
  • La infidelidad. Es quizá el asunto que puede derivar en mayores problemas. Cuando se ha producido una infidelidad, es muy difícil que una pareja acabe bien. Por suerte, ese no fue mi caso. Pero lo cierto es que las infidelidades son algo bastante habitual en nuestra sociedad. Una pena.
  • La frecuencia de conflictos y peleas también es algo que puede producirse con asiduidad en casos de personas que se quieren divorciar. Lo mejor en estos casos es que se proceda a un acuerdo de divorcio lo antes posible para que la situación no se convierta en un verdadero infierno para ninguna de las personas que están implicadas en este asunto.
  • Los problemas económicos suelen ser una de las cosas que más minan el amor. Es una verdadera pena que una sensación tan bonita como la de sentirse enamorado de una persona se pueda ver afectada por aspectos que tengan que ver con el dinero.
  • Las adicciones a sustancias como el alcohol o las drogas también suelen venir acompañadas de roturas de parejas, con independencia de si estas ya han pasado por el matrimonio o no.

La frecuencia de conflictos fue el motivo principal por el que mi exmujer y yo decidimos divorciarnos. Eran conflictos no físicos, por suerte, sino más bien ligados a la educación de nuestro hijo y también a la organización ligada a nuestro hogar. Solíamos llegar a muy poquitos acuerdos en cualquiera de las dos facetas y eso terminó por hacer que nuestro amor se apagara por completo. El proceso de divorcio, como ya os he comentado, fue bastante fácil y cordial, pero hubiera sido completamente diferente si la infidelidad, los problemas económicos o la adicción al alcohol o las drogas hubieran hecho acto de aparición a lo largo de nuestro matrimonio.

Evolución del número de divorcios en España 

Termino diciendo que este tipo de procesos son bastante habituales en el interior de nuestras fronteras. No tenemos que verlos como el fin del mundo porque todas y todos conocemos a alguien que se ha divorciado, si es que no hemos sido nosotros y nosotras mismas quien ha pasado por esa situación.

Para demostrar lo que indico en el párrafo anterior, he querido valerme de una herramienta como el portal web Statista, que en uno de sus estudios pone en conocimiento de sus lectores el número de divorcios producidos en España desde 2006 hasta 2023, año a año. En general, podemos ver como se ha reducido de una manera considerable el número de divorcios anuales que se producen en el interior de nuestras fronteras. Tanto es así que, en 2006, ese número se encontraba cerca de los 127.000 divorcios y, en 2023, era de poco más de 76.000. Aun así, se trata de una cifra que manifiesta que los divorcios forman parte de la vida y que a cualquiera se le puede presentar esto en su camino.

Lo importante es saber que se puede volver a empezar, que existe la posibilidad de volverse a enamorar y de iniciar un nuevo proyecto vital con otra persona. También es posible que no queramos volver a enamorarnos más y que no queramos volver a casarnos. En ese caso, con el divorcio encontramos aquello que estamos buscando. Y es que el divorcio es una herramienta verdaderamente útil para conquistar la felicidad y para enmendar algunos errores del pasado o evitar que una situación futura continúe enfangándose.

 

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