No se puede hablar de actualidad si no lo hacemos del COVID-19. Sería una necedad absoluta no hablar de este problema y tratar de que pasara desapercibido cuando ha acabado con la vida de muchas personas a lo largo y ancho de todo nuestro planeta. Desde luego, es conveniente que aceptemos la nueva realidad en la que nos movemos para dar paso así a posibles soluciones que nos puedan ser de mucha utilidad para tratar de vencer a la pandemia. Reconocer el problema es siempre el primer paso para intentar solucionarlo. De eso no cabe la menor duda.
Durante las últimas semanas y meses, estamos escuchando muchas opiniones de supuestos expertos en la materia. Parece ser que en España ahora hay millones de epidemiólogos que sabían cómo prevenir la pandemia y que ahora tienen la solución para un pronto regreso a la normalidad. Pero lo que no podemos obviar es el hecho de que son los verdaderos profesionales, aquellos que cuentan con el prestigio del mundo de la ciencia y los que, por supuesto, están graduados en alguna de esas ciencias, los que deben tener la voz cantante en una situación como la que nos ha tocado vivir.
La boca o la nariz son las partes de nuestro cuerpo que más estamos protegiendo en estos momentos. Es una decisión acertada, qué duda cabe. En lo que tiene que ver con la primera de ellas, la boca, es indispensable que cuidemos especialmente de su salud. Y es que la salud bucodental es la mejor aliada para prevenir la llegada de una amenaza tan potente como la del coronavirus hasta el interior de nuestros cuerpos. Es algo que se ha encargado de publicar el portal web de la SEPA, la Sociedad Española de Odontología y Osteointegración.
Si no disponemos de una salud bucodental plena, las posibilidades de contraer el COVID-19 aumentan de una manera considerable. Es una cuestión de la que hemos sido informados gracias a los profesionales de una entidad como lo es la Clínica Dental Galván Lobo. Sus profesionales nos han comentado que, desde su punto de vista, todavía la población no ha adquirido esa consciencia acerca de la importancia de disponer de una boca sana en los tiempos que corren. Eso supone un problema y, por tanto, la comunidad dental ha de unirse para plantear estrategias conjuntas que hagan que, ahora más que nunca, la gente esté dispuesta a acudir a su dentista.
Y es que, en un momento como en el que nos encontramos, la salud dental puede implicar la diferencia entre permanecer ajenos a la pandemia o sufrir la peor de sus consecuencias en nuestro cuerpo. Y, si somos personas que, por algún motivo, seamos de riesgo, el peligro asciende de una manera realmente importante. Es precisamente por eso por lo que, desde el sector dental, se está planteando un impulso publicitario a todo lo que tiene que ver con la salud dental. Un impulso para que la gente comprenda lo importante que es la salud de nuestra boca en un periodo tan difícil.
Un termómetro para nuestra salud general
Una noticia que fue publicada en la página web EFE Salud informaba de que la salud dental funciona como un termómetro para nuestra salud en general. Si la dental es buena, entonces nuestra salud general también lo será. Pero si, por el lado contrario, nuestra salud dental presenta algún tipo de deficiencia, es probable que en algún otro campo de la salud tengamos algún problema aunque todavía no hayamos sido capaces de identificarlo. Es idóneo que, una vez sabido esto, nos pongamos las pilas en lo que tiene que ver con el cuidado de nuestros dientes.
Desde luego, sería una necedad negar el poco cuidado que hemos demostrado tener los españoles y las españolas con un asunto como el del cuidado de nuestra salud dental. Hemos sido de los peores países de Europa a este respecto y está claro que eso ha tenido una influencia pésima en lo que tiene que ver con la calidad de nuestros dientes. Por eso, es obvio que tenemos que poner toda la carne en el asador ahora más que nunca para prevenir no solo la llegada de enfermedades bucales, sino también para prevenir al mismísimo coronavirus.
No penséis que por no ser personas de riesgo estáis excluidos o excluidas de padecer el virus. Lo que quiere decir “persona sin riesgo” es que la posibilidad de morir a causa del virus es mínima, pero sigue siendo posible contraerlo, y por supuesto también propagarlo. La comunidad científica se está vaciando durante los últimos meses para que intentemos parar entre todos y todas a esta nueva amenaza con la que nos ha tocado lidiar. Hacer caso de sus recomendaciones es, desde luego, la mejor de las acciones que podemos llevar a cabo para conseguir la victoria.