El aislamiento de tu fábrica tendrá mucho que ver con la satisfacción de tu personal

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Una de las grandes claves para conseguir que una empresa sea eficaz y eficiente es la de hacer posible que los empleados y empleadas que trabajan para el negocio se sientan bien, que gocen de comodidad y que se les respete. Una persona que está contenta en su trabajo es una persona eficiente y que va a dar el 100% cada día para conseguir cumplir con los objetivos que le han asignado sus superiores. Y eso es lo que realmente interesa y lo que puede hacer de un negocio algo rentable y eficiente. Desde luego, es inteligente tener esto en cuenta a la hora de establecer vínculos con las personas que trabajan para nosotros.

Vamos a aproximarnos a este tema desde un punto de vista industrial. Cada sector va a tener sus particularidades y lo que caracteriza a este es que emplea a una gran cantidad de gente en sus fábricas y que la gente, quizá por la historia que rodea a este sector, es mucho más consciente de cuándo se están respetando sus derechos y cuándo no. Por tanto, lo mejor es que no nos andemos con vacilaciones en esta actividad y que le ofrezcamos condiciones decentes a las personas que trabajan para nosotros, algo que, por otra parte, es lo que se merece cualquier persona trabajadora, con independencia de la actividad que desempeñe, el sexo que tenga o la edad que marque su Documento Nacional de Identidad.

Podríais pensar, después de leer estos dos primeros párrafos, que vamos a hablar de condiciones laborales, de horas de trabajo, de salario… pero esas cosas las damos por sentadas, sabiendo como sabemos que es elemental que sean competitivas. Lo que vamos a hacer es aproximarnos a la comodidad en este tipo de trabajos desde el punto de vista de la temperatura. Ya sabéis que las fábricas suelen encontrarse en grandes naves industriales y que eso genera problemas de frío durante los meses de invierno y de calor durante el verano, el final de la primavera o el principio del otoño. Si no existen proyectos para corregir esto en una fábrica y los operarios son los que sufren esas temperaturas, la ineficiencia y el descontento se van a apoderar de nuestro día a día. Y con razón.

Antes de continuar adelante, debemos hacer un análisis para saber cómo se encuentran los polígonos industriales de nuestro país, que son donde se concentran buena parte de las fábricas que forman el sector industrial nacional. La primera noticia a la que vamos a hacer referencia fue publicada en la página web de El Periódico e indicaba que los polígonos industriales españoles necesitaban una modernización urgente. Entre las cosas que había que mejorar, se destacaban las infraestructuras y las conectividades. Los propios edificios de las fábricas también podrían encontrarse entre esas mejoras que eran necesarias para sacar más rédito a las posibilidades que tiene el sector.

El año 2016, un artículo publicado en el periódico El País hablaba de los cadáveres industriales de la crisis, haciendo referencia a que, de los 5.000 polígonos industriales que había por entonces repartidos por todo el país, muchos estaban vacíos o por debajo del 50% de la ocupación. Además, con la situación límite que vivieron muchas de las empresas del sector industrial con la crisis económica, se dejaron de lado algunas de las mejoras que los edificios de las fábricas deberían haber llevado a cabo. Esto hace que la rehabilitación sea urgente en los tiempos que corren y que el retraso en la llegada de la misma no haga sino empeorar las condiciones en las que se trabaja, principalmente porque muchos edificios no cuentan con el aislamiento necesario.

Ahora, estamos viviendo un momento económico que es bueno y en el que se está experimentando un crecimiento en el sector industrial. Muchas de las empresas que lo componen han vuelto a contratar en lugar de a reducir sus plantillas y los ingresos crecen año a año fruto del buen trabajo que se viene realizando. Por tanto, ahora que hay fondos, es interesante que muchas fábricas empiecen a pensar en mejorar sus instalaciones empezando por su aislamiento. Si no es ahora, ¿Cuándo íbamos a poder encontrarnos con un contexto más propicio para llevar a cabo un proyecto como del que estamos hablando? Hay que ponerse las pilas en este sentido.

En la fábrica que dirijo, especializada en la fabricación de puertas, necesitábamos controlar un poco mejor las temperaturas que se generaban en el interior. Somos de un pueblo de La Mancha y aquí, como en otros muchos puntos del país, hace mucho frío en invierno y un calor infernal en verano, algo que se termina contagiando al interior de las fábricas. Sabiendo la importancia que esto tiene para la plantilla de trabajadores y trabajadoras, nos pusimos manos a la obra para buscar una solución, la cual encontramos de la mano de Reforma Integral Granada. Lo que les pedimos fue que nos prestaran una mejora del aislamiento y sate. El resultado fue bueno no solamente porque el trabajo se ejecutó rápido y bien, sino porque en todo momento me demostraron que querían escucharnos y conocer de primera mano cuáles eran nuestras necesidades para poder ponerles la mejor solución.

El resultado, en términos de productividad, fue estupendo porque los efectos de esas temperaturas extremas dejaron de notarse en el interior de la fábrica y la gente trabajaba mucho mejor. Normalmente, la gente solo habla cuando se tiene que quejar y le cuesta agradecer los avances que vas incorporando, pero en este caso tengo que decir que el agradecimiento me llegó de la boca de mucha gente que se mostró sinceramente gratificada con el cambio. En términos de ambiente laboral, fue todo un acierto haber implementado un cambio como del que estamos hablando. La verdad es que lo volveríamos a hacer una y mil veces más.

Una manera de no depender de la calefacción o el aire acondicionado 

Gracias al hecho de reforzar ese aislamiento, en la fábrica tuvimos la posibilidad de no tener que depender tanto de la calefacción o del aire acondicionado. Esto fue importante porque, a fin de cuentas, pudimos empezar a reducir el coste que nos suponían estos suministros en un momento en el que ya sabéis que su precio no para de crecer. Y la verdad es que es un verdadero alivio. Solo con esto, podemos amortizar buena parte de la inversión que realizamos cuando decidimos que había que reforzar el aislamiento de nuestra fábrica. La verdad es que fue una decisión correcta y que solo nos podía plantear situaciones ventajosas.

Y eso por no hablar de la enorme contribución que hacemos para el medioambiente al no tener que usar tantísima energía contaminante, lo cual nos permite afirmar que somos una empresa que está comprometida con el cuidado de nuestro entorno. Se trata de una cuestión que debe implicar a todos los actores sociales, administraciones públicas, particulares, familias y por supuesto a las empresas. Solo a través de una fuerza conjunta entre todos ellos y ellas, es posible ir encontrándole una solución al estado de salud en el que se encuentra nuestra tierra y que se ha convertido en una de las más grandes preocupaciones que podemos tener en los tiempos que corren.

La nómina de ventajas de las que os hemos hablado al respecto de colocar aislamiento en nuestra fábrica es tan grande que justifica todos y cada uno de los pasos que hemos ido dando para su instalación. Y creo que muchos negocios y particulares han debido pensar lo mismo que yo, porque está creciendo la cantidad de edificios que están bien aislados y que han reducido su dependencia de elementos como la calefacción o el aire acondicionado mejorando al mismo tiempo la climatización de su interior.

La felicidad de los trabajadores a lo largo de su jornada laboral también se ha incrementado y creo que esto, como ya he apuntado más arriba, también es algo digno de mención. Una entidad en la que primara el descontento de las personas que trabajan para ella no tiene un buen futuro, no tiene la suficiente armas como para ser eficaz y eficiente. Por tanto, son las personas que forman parte de la cúpula empresarial las que se deben encargar de poner los argumentos necesarios para que sí exista ese futuro y sí se puede conseguir los objetivos de rentabilidad y productividad que la empresa debe tener para generar beneficios.

El sector industrial español tiene fama de haber sido ineficiente a lo largo de su historia y creo que una de las maneras que podemos encontrar para hacer que esto cambie tiene que ver con algunas de las cosas de las que hemos hablado en este artículo. Mantener contentos y contentas a las personas que conforman nuestra plantilla es una buena manera de empezar a competir contra las empresas del resto de la Unión Europea, que parece que siempre nos han sacado algo de ventaja en lo que respecta a este tema.

 

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