Puede que las grandes empresas sean la imagen de un país, pero son sus pymes y los trabajadores autónomos su motor interno y los encargados de dinamizar su economía. Mucho se habla de la importancia de hacerse emprendedor y crear tu propia empresa, pero no tanto de adquirir una formación previa como empresario de un negocio. Una de las primeras cuestiones que hay que tener claras a la hora de empezar la actividad como autónomo es que serlo conlleva muchas más obligaciones fiscales y administrativas que trabajar por cuenta ajena.
Con todo, en España, según los datos estadísticos relativos a las personas trabajadoras por cuenta propia afiliadas a 31 de octubre de 2019, recogidos por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, el número de trabajadores afiliados asciende a 3.271.976, un 0,41% más que en el mismo mes de 2018, lo que supone un aumento de 13.364 personas. Sin embargo, el Banco de España ha realizado un estudio en el que se ha llegado a la conclusión de que un 26% de los no asalariados han emprendido un negocio por necesidad, ya que declaran no disponer de otras opciones. Esta situación empeora en el caso de personas con bajos estudios, lo que viene a poner sobre la mesa que una gran parte de los autónomos del país no son profesionales que deciden montar un negocio, lo cual no favorece un crecimiento competitivo e innovador, algo consustancial a un emprendimiento de calidad, como ocurre por ejemplo en Alemania. En nuestro país, además, desempeñan un papel fundamental en el empleo autónomo sectores como la agricultura la hostelería, el comercio y el transporte, en los que destaca poco la innovación de la que adolece nuestro país.
¿Cuáles son los requisitos para ser autónomo?
Para alguien que intentar informarse por primera vez de los requisitos necesarios para ser autónomo, la cantidad de trámites que hay que realizar puede parecerle abrumadora. Si tienes en tu poder el certificado digital que hay disponible con el DNI electrónico, estos son los pasos ineludibles que has de dar:
- Alta en Hacienda: los modelos 036 y 037 son los documentos que nos facilitarán en la Agencia Tributaria para dar de alta nuestra actividad. Lo normal es que rellenemos la declaración censal en el primero, una versión simplificada del segundo. Aquí se especificarán los datos personales, la actividad que se va a desarrollar y los impuestos que hay que pagar (por lo general IVA e IRPF).
- Alta en la seguridad social: después de darnos de alta en Hacienda, disponemos de 30 días para darnos de alta en el RETA o Régimen Especial de Trabajadores Autónomos. Podemos hacerlo desde su plataforma de internet si nos han proporcionado un certificado digital. Si no podemos solicitar en la oficina el modelo TA0521 y rellenarlo. No olvidemos que hay que llevar una fotocopia del DNI y otra del alta en Hacienda, el modelo 036 o 037. En este momento es cuando se elige la base de cotización, es decir, lo que cobraremos en el momento de la jubilación, que influye directamente en lo que pagaremos cada mes en nuestro recibo de autónomos. Es buena idea empezar por el precio básico y aumentarlo a medida que aumenten nuestros ingresos.
- Alta ante los organismos de Trabajo: es muy importante que demos de alta el centro de trabajo, si lo hubiera, ante el organismo competente de nuestra Comunidad Autónoma. Estos requisitos para ser autónomo son especialmente importantes si tenemos plantilla a nuestro cargo. Este es el momento de adquirir un Libro de Visitas y darlo de alta en la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de nuestra provincia, ya que, si lo olvidamos, supone una multa automática.
- Otros requisitos: si vamos a desarrollar nuestra actividad en un local, necesitamos una licencia de apertura, que es un permiso del Ayuntamiento para ejercer una actividad económica.
Además de todas estas gestiones, hemos de asumir un trabajo de contabilidad que, siendo asalariados, aparece de manera automática en nuestra nómina, como la declaración del IRPF. A ello hay que sumarle el pago mensual de autónomo, declaraciones trimestrales de IVA e IRPF y un variado número de gastos y gestiones según el tipo de actividad.
Que no dispongamos de todo este tipo de conocimientos específicos en el momento en que nos decidamos a emprender, no quiere decir que debamos desistir de la idea de ser nuestro propio jefe, pero si lo que queremos es empezar con buen pie, evitando muchos errores que nos pueden salir caros en un futuro, acudir a una buena asesoría es una condición necesaria.
Hemos consultado con Martin Laucirica, sobre cuál sería la ayuda que una asesoría podría prestar a un autónomo, y desde su sede en Bilbao, nos han informado de que contratar este tipo de servicios, más que como un gasto, debería ser considerado una inversión, ya que este tipo de profesionales pueden asesorarnos sobre las estrategias a seguir, diseñándonos un plan acorde a nuestras necesidades personales y fiscales. Y un buen profesional, en este sentido, no es el que hace todo lo que le exigimos desde nuestro desconocimiento, por ejemplo, incluir todas las facturas personales como gasto deducible, nos conviene tener un asesoramiento personalizado para saber optimizar nuestra factura fiscal, que no nos genere futuros problemas en el caso de tener una inspección.
Los servicios que pueden prestarnos son muy variados y van desde informarnos sobre la normativa que debemos cumplir en cada momento y las subvenciones de las que podríamos beneficiarnos, liberarnos de trámites y gestiones, evitándonos desplazamientos y tiempo invertido, y asesorarnos, siempre dentro de la legalidad, aconsejándonos para pagar lo menos posible a Hacienda o la Seguridad Social, en el caso de que tengamos trabajadores. En este sentido interesarnos por contratar un equipo multidisciplinar, nos ofrece soluciones integrales, abarcando todas las necesidades que puedan surgir.
Para evitar que las obligaciones contables, fiscales, laborales de la actividad se conviertan en un problema, es recomendable confiar en una asesoría que nos acompañe desde el inicio de nuestro proyecto, ya que ese es el momento óptimo para empezar a trabajar juntos, y que se ocupe tanto del cumplimiento de la normativa que nos afecta, como de informarnos puntualmente de la marcha de nuestro negocio.