A finales del siglo pasado y principios de este, irrumpió con fuerza una nueva forma de trabajar en las fachadas y en el exterior de los edificios. Se trataba de los trabajos verticales en altura. Una profesión especializada con gran demanda en la actualidad.
Podemos decir, a grandes rasgos, que los trabajos verticales son aquellos que se hacen a una cierta altura, con los trabajadores suspendidos con cuerdas y arneses que penden de puntos de enclave en techos y líneas de vida.
Los técnicos de Traltur, una empresa pionera y líder en trabajos en altura en Alicante, comentan que los trabajos verticales son interesantes para las empresas, puesto que suponen un ahorro en los costes de producción y la posibilidad de efectuar trabajos detallados, que de otra manera sería complicado ejecutarlos.
Primero, hay que diferenciar entre trabajos verticales y trabajos en altura. Un trabajo en altura es aquel que se realiza a más de 2 metros sobre el suelo. Sería, por ejemplo, trabajar en un andamio o en una plataforma elevadora. Lógicamente, la empresa debe seguir una serie de medidas para garantizar la seguridad del trabajador.
En los trabajos verticales, el trabajador queda suspendido en el aire, sujeto solo por un arnés. Aunque las medidas de seguridad son más exigentes, el coste de las mismas es comparativamente inferior. No cuesta lo mismo alquilar, montar y desmontar un andamio, que instalar un sistema de cuerdas mediante las cuales el trabajador va subiendo y bajando por la fachada de un edificio.
Otra de las ventajas de los trabajos verticales es que permiten efectuar labores de reparación y mantenimiento en lugares de difícil acceso, sin necesidad de montar una estructura provisional para llegar a ellos. Es, por ejemplo, cuando se tiene que revisar la torre de un generador eólico.
La flexibilidad y versatilidad de estos trabajos, junto a su coste reducido, los hacen especialmente atractivos para las empresas. Estos son algunas labores que suelen realizar los técnicos de trabajos verticales en altura:
Construcción.
Una de las primeras áreas en las que se empezó a emplear los trabajos verticales fue en el sector de la construcción. Era habitual contratar empresas que prestaban estos servicios para pintar una fachada o para limpiarla o rehabilitarla, en el caso de edificios antiguos.
El tiempo de ejecución de la obra era cualitativamente inferior. Mientras que montar y desmontar un andamio puede abarcar una semana de trabajo, dejar todo listo para empezar un trabajo vertical apenas supone unas pocas horas de la jornada laboral.
Los trabajos verticales también se emplean en la instalación de tuberías e infraestructura de suministros para las viviendas. Es frecuente, sobre todo en edificios antiguos, que se conecten a la red de gas natural tiempo después de haber sido edificados. En muchas ocasiones, los edificios están habitados y el pago de la obra corre a cargo de los propietarios.
En estos casos, la empresa instaladora hace una acometida en la red general. Un tubo de PVC sube el gas hasta el tejado del edificio y desde ahí, por el patio de vecinos, distribuye el combustible a las viviendas mediante una red de tubos bajantes. Efectuar esta tarea mediante trabajo vertical reduce considerablemente el tiempo de la obra de canalización y, por tanto, su coste final.
Trabajos industriales.
La labor que realizan los técnicos en trabajos en altura y trabajos verticales es clave en la industria, sobre todo en el sector energético. Estas son algunas funciones que desempeñan:
- Instalación y mantenimiento de torres de telecomunicaciones. Instalar, revisar y reparar torres y antenas de telecomunicaciones se suele efectuar con trabajos en altura. Para ello se suelen utilizar arneses, polipastos y equipos de escalada. La flexibilidad de los trabajos en altura permite resolver una avería en estas instalaciones en un tiempo récord, afectando el menor tiempo posible a los usuarios.
- Inspección de puentes. El papel de los técnicos en trabajos en altura en la obra civil es crucial. Para tener los puentes en perfecta condiciones de uso es necesario revisar todos sus elementos periódicamente. Esto implica reforzar los puntos débiles o más deteriorados. Labor que se realiza, a menudo, a una altura considerable.
- Mantenimiento industrial. Muchas de las tareas de mantenimiento en fábricas e instalaciones industriales solo se pueden realizar mediante trabajos verticales. Esto se debe a que la maquinaria se encuentra a bastante altura y es de difícil acceso. Lo podemos ver, por ejemplo, en parques eólicos, complejos petroquímicos o fábricas de cemento.
- Mantenimiento de presas y centrales hidroeléctricas. Si alguna vez hemos visto la presa de un pantano, seguro que nos hemos quedado impresionados con sus dimensiones. Si en esa inmensa pared de hormigón se produce cualquier fisura, ¿Cómo se repara? En muchas ocasiones se hace recurriendo al trabajo vertical.
Limpieza de edificios.
Los rascacielos de oficinas de Nueva York de principios del siglo XX, marcaron la pauta de los edificios de oficinas en todo el mundo. Estos gigantes de acero, cristal y hormigón han crecido por todo el planeta como setas. Algunos de ellos son auténticas ciudades verticales, como la Torre Picasso de Madrid. Además de albergar la sede de grandes empresas, encontramos en su interior restaurantes, peluquerías y otras empresas que prestan servicios a las oficinas que están instaladas en el edificio.
Los rascacielos suelen tener una altura superior a los 150 metros, con gran parte de la pared formada por grandes cristaleras, por las que entra la luz exterior. La limpieza de esos cristales es una actividad que se suele efectuar por medio de trabajos verticales.
El limpiador de cristales suele estar provisto de un sistema de cunas, plataformas suspendidas y equipos especializados. Deben tener una formación específica y conocimientos rigurosos en materia de seguridad. Nunca limpiar unos cristales ha sido un trabajo tan especializado como en este caso.
Estas moles de cristal no se reducen solamente a los edificios de oficinas. En nuestro país tenemos algunos de los hoteles rascacielos más altos de Europa, como el Gran Hotel Bali, en Benidorm, con 186 metros de altura. El Eurostar Madrid Tower, llega alcanzar los 236 metros. Tiene 64 pisos, aunque solo las 36 primeras plantas están destinadas al hotel. El resto se alquila a oficinas. También, en estos casos, la limpieza de sus cristales es un trabajo de altura.
Instalación de líneas de vida.
Las líneas de vida son un sistema de seguridad que protegen a los trabajadores en altura para evitar que se caigan. Es un cable de acero fijado al techo o paredes de los edificios. El trabajador vertical está conectado a él por medio de un arnés de seguridad. En caso de caída, la línea de vida, evita que el trabajador se precipite contra el suelo.
La web Quirón Prevención nos habla de la importancia de la seguridad en los trabajos en altura. Esto incluye una serie de medidas que deben estar instaladas en los edificios antes de acometer trabajos de este tipo. Algunas de estas medidas son los puntos de enclave y las líneas de vida.
Para que nos hagamos una idea, el trabajador vertical está conectado a un doble sistema de seguridad. Por un lado, el arnés se fija a dos cuerdas, con tope de frenado, que permiten que el trabajador suba o baje por la superficie en la que va a trabajar. Otra cuerda, con un enganche independiente, se conecta a la línea de vida, la cual entra en funcionamiento cuando el otro sistema falla.
Las líneas de vida y los puntos de enclave son colocados previamente por técnicos de trabajo en altura. Suelen ser medidas de seguridad que quedan fijas en el edificio, y que no son apreciables a simple vista. Permiten que se puedan realizar trabajos verticales en cualquier momento. Por su importancia en materia de seguridad, las líneas de vida deben ser revisadas periódicamente.
Formación.
Otro de los trabajos a los que se puede dedicar un técnico en trabajos verticales es a formar a otros trabajadores. El Real Decreto 2177/2004, sobre Disposiciones Mínimas en Trabajos Temporales en Altura, establece la obligatoriedad de pasar un curso antes de efectuar trabajos verticales.
Este decreto supuso un antes y un después. Hasta que se promulgó no existía el requisito de que los trabajadores estuvieran debidamente formados. La ley obligaba a que las empresas adoptaran las medidas de seguridad correspondientes. Si el trabajador no las cumplía o lo hacía erróneamente, siempre podía alegar que la empresa no le había instruido. Existía, en este campo, un vacío legal, pero lo peor de todo es que estábamos hablando de la salud y la vida de los trabajadores.
Ahora, además, la Unión Europea, exige que un curso específico de P.R.L. (Prevención de Riesgos Laborales) que debe tener una duración de 20 a 60 horas, y que ha de incluir un entrenamiento práctico dentro de un entorno controlado.
Estos cursos pueden ser impartidos por técnicos en trabajos en altura. De hecho, las empresas suelen contratarlos para que formen a sus trabajadores.
Los trabajos verticales en altura son un puesto de trabajo cualificado con una gran variedad de aplicaciones en la economía actual.
