¿Todos estamos preparados para ser padres?

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Hoy en día, cada vez más personas se hacen esta pregunta. Antiguamente, tener hijos era lo natural. Si alguien no los tenía, solía ser por problemas de fertilidad, no porque se cuestionara si quería tenerlos o no. La sociedad marcaba el camino: casarse, tener hijos y formar una familia. No se hablaba de si alguien estaba preparado o no, simplemente era lo que tocaba. Pero las cosas han cambiado. Hoy tenemos opciones, y eso lo cambia todo. Podemos elegir si queremos casarnos o no, si queremos tener hijos o no, si queremos vivir con nuestros padres o independizarnos. Y, con tantas elecciones, también llega la duda: ¿realmente estamos preparados para ser padres?

 

¿Estamos realmente preparados para la paternidad?

La realidad es que muchas personas sienten que no están preparadas para traer un hijo al mundo. Hay factores económicos, sociales y emocionales que influyen en esta percepción. La tasa de natalidad en España es una de las más bajas de Europa, con una media de 1,19 hijos por mujer en 2023. Es un hecho: cada vez nacen menos niños. Las razones son muchas, pero una de las principales es la inestabilidad económica. Tener un hijo supone un gasto importante, y los salarios no siempre están a la altura. Comprar una vivienda, pagar la guardería, los gastos médicos, la educación… No es extraño que muchas parejas se pregunten si podrán permitírselo.

Otro aspecto fundamental es el estilo de vida. Antes, las familias tenían redes de apoyo más fuertes. Los abuelos ayudaban con los nietos, la comunidad estaba más unida. Hoy, muchas familias viven lejos unas de otras, los horarios laborales son exigentes y la conciliación entre trabajo y familia sigue siendo un reto. Muchas personas sienten que tener un hijo significa renunciar a su independencia y libertad, algo que valoran mucho en la sociedad actual.

Además, el mundo en el que vivimos también influye. Vivimos en una era de incertidumbre: crisis económicas, cambio climático, tensiones políticas… Es normal que algunas personas se cuestionen si es responsable traer un niño a este mundo. Pero, ¿significa eso que no estamos preparados para ser padres o que simplemente tenemos miedo?

 

¿Ha sabido la generación anterior criar bien a sus hijos?

Si miramos a los jóvenes de hoy, la respuesta no es sencilla. Hay muchas cosas que han mejorado: son una generación más informada, con más conciencia social, más abierta a la diversidad y con mejores oportunidades educativas. Pero también hay problemas. Se han disparado los casos de ansiedad y depresión en adolescentes. La falta de estabilidad laboral y el alto costo de la vida hacen que muchos jóvenes no puedan independizarse hasta los 30 años o más. Muchos no se sienten preparados para enfrentar la vida adulta porque no han recibido las herramientas necesarias.

Esto no es culpa exclusiva de los padres, sino también de la sociedad. Durante años, hemos pasado de un estilo de crianza autoritario a uno más permisivo, buscando dar a los niños una infancia más feliz y libre. Pero en algunos casos, esta falta de límites ha generado adultos con dificultades para afrontar la frustración y la responsabilidad. También ha influido la tecnología: el acceso temprano a internet y las redes sociales ha cambiado la forma en que los niños crecen, con efectos positivos y negativos.

¿Por qué hemos llegado hasta aquí? En parte, porque el mundo ha cambiado rápido y la educación no ha sabido adaptarse al mismo ritmo. Se han roto modelos familiares tradicionales y han surgido nuevas formas de vida. La estabilidad económica de otras épocas ha desaparecido y, con ella, la seguridad de que todo irá bien.

 

Consejos para futuros padres

En el Grupo de Psicología CANVIS, expertos en acompañamiento familiar, saben que casi todos tenemos dudas sobre la paternidad. No hay un manual infalible ni un momento perfecto para dar el paso, pero sí hay maneras de prepararse mejor. Por eso, nos han regalado estos consejos para quienes estén considerando tener hijos:

  1. No esperes a sentirte 100% preparado: La realidad es que nadie lo está completamente. Siempre habrá dudas y miedos, pero eso no significa que no puedas ser un buen padre o madre. La paternidad se aprende en el camino.
  2. Trabaja en tu estabilidad emocional: Criar a un hijo es un reto, y cuanto más estable te sientas contigo mismo, mejor lo afrontarás. Si tienes heridas emocionales sin resolver, es buena idea trabajarlas antes de tener hijos. No significa ser perfecto, sino consciente de tus propias emociones.
  3. Fortalece la relación de pareja: Si tienes una pareja, es importante que estéis alineados en cuanto a la crianza. Hablad sobre vuestras expectativas y retos antes de dar el paso. Una relación sólida será un gran pilar en la educación de tu hijo.
  4. Infórmate, pero no te obsesiones: Leer sobre crianza es útil, pero cada niño es único. No existe una guía universal para ser padres perfectos, y a veces la sobreinformación genera más ansiedad que ayuda. Aprende a confiar en tu instinto.
  5. Crea una red de apoyo: Tener hijos es más fácil cuando tienes personas en quien confiar. Familia, amigos, grupos de crianza… Rodéate de gente que pueda apoyarte en momentos difíciles y compartir contigo la experiencia de la paternidad.
  6. Acepta que cometerás errores: Nadie es perfecto. La clave no está en evitar los errores, sino en aprender y mejorar día a día. Tu hijo no necesita que seas un padre ideal, sino alguien presente y dispuesto a crecer con él.
  7. No dejes que el miedo decida por ti: El miedo es natural, pero no debe ser quien tome tus decisiones. Reflexiona, escucha a tu corazón y decide con tranquilidad. La paternidad es un desafío, pero también una de las experiencias más gratificantes de la vida.

 

Consejos sobre cómo corregir a tu hijo si ya es preadolescente

Si tu hijo ya está en la preadolescencia, es normal que enfrentes nuevos desafíos a la hora de corregirlo. En esta etapa, los niños empiezan a buscar su independencia y pueden desafiar las normas con más frecuencia. La clave está en acompañarlos sin caer en extremos ni de permisividad ni de rigidez. Aquí algunos consejos clave:

  1. Establece normas claras: Tu hijo necesita saber qué esperas de él y cuáles son las consecuencias de sus actos. Evita normas ambiguas o castigos improvisados. La coherencia le dará seguridad.
  2. Escucha antes de juzgar: Pregúntale por qué ha actuado de determinada manera y ayúdalo a reflexionar. Muchas veces, su actitud no es un desafío directo, sino una forma de expresar emociones que aún no sabe gestionar.
  3. Evita los castigos excesivos: En lugar de sanciones desproporcionadas, opta por consecuencias lógicas relacionadas con la acción. Si rompe algo por descuido, enséñale a repararlo o reemplazarlo en lugar de simplemente prohibirle jugar.
  4. Refuerza lo positivo: No solo señales lo malo; reconoce y celebra sus aciertos. Un refuerzo positivo sincero puede ser más efectivo que mil correcciones.
  5. Sé un ejemplo: Los preadolescentes imitan lo que ven. Si quieres respeto, trátalo con respeto. Si quieres que controle sus emociones, muéstrale cómo hacerlo con tu propio comportamiento.
  6. Ten paciencia: Es una etapa de cambios y tu hijo también está aprendiendo a gestionar sus emociones. No tomes sus actitudes como ataques personales, sino como oportunidades para guiarlo en su crecimiento.
  7. Fomenta el diálogo: No se trata solo de corregir, sino de construir una relación de confianza. Cuanto más escuche y valore tu opinión ahora, más probable será que acuda a ti cuando tenga problemas en el futuro.

 

Miedos sobre la paternidad que no tienen sentido

Muchos de los temores que impiden a las personas tener hijos no tienen tanto peso en la realidad. «No tengo suficiente dinero» es uno de los miedos más comunes, pero la mayoría de los padres encuentran la manera de organizarse y adaptarse a la nueva situación económica. Además, el amor y la creatividad muchas veces suplen la falta de recursos materiales, y un niño necesita más presencia y cariño que lujos.

«Voy a perder mi libertad» es otro temor frecuente, pero ser padre también te abre a una nueva forma de vivir y disfrutar, donde el tiempo se reorganiza y las prioridades cambian de manera natural. No significa que tu vida se acabe, sino que se transforma, y muchas personas descubren nuevas facetas de sí mismas que jamás imaginaron.

«El mundo es un lugar horrible» es una preocupación válida, pero cada generación ha enfrentado desafíos y ha sabido salir adelante. Criar a un hijo también significa enseñarle a afrontar los retos de la vida con fortaleza y optimismo, en lugar de temerle al futuro. Además, en lugar de enfocarnos solo en lo negativo, podemos contribuir a hacer del mundo un lugar mejor a través de la educación y los valores que inculcamos en nuestros hijos.

 

Decide con el corazón, no con el miedo

Tener hijos es una decisión personal y cada uno debe tomarla según su situación y deseos. No hay respuestas correctas o incorrectas, pero lo que no deberías hacer es decidir basándote en el miedo. El miedo paraliza, te hace ver solo lo negativo y te impide vivir experiencias que podrían cambiarte para bien. Reflexiona, infórmate y toma la decisión que realmente sientas en tu corazón. Porque el miedo es un mal consejero, pero el amor, en cualquiera de sus formas, siempre te llevará por el mejor camino.

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